Dejando y Olvidando
No es lo “malo” el enemigo del cristiano, sino lo “bueno”. Es la familia, la carrera, el trabajo, los hijos. El Señor quiere su tiempo a solas con nosotros. Es crucial que le prestemos toda nuestra atención.
No es lo “malo” el enemigo del cristiano, sino lo “bueno”. Es la familia, la carrera, el trabajo, los hijos. El Señor quiere su tiempo a solas con nosotros. Es crucial que le prestemos toda nuestra atención.
Si quieres ser la novia de Cristo, debes preocuparte por algo más que escapar del infierno. ¡Más bien debes tener un profundo deseo de no faltar en ese gran día de boda!
El matrimonio descrito en el Salmo 45 es una unión mucho más grandiosa y gloriosa que cualquier unión terrenal. El novio es nuestro Señor Jesucristo, y la novia es su iglesia.
Los mejores maestros de cualquier iglesia no son los que están en el púlpito. Más bien, están sentados en los bancos junto a nosotros, personas que han sufrido y aún así adoran al Señor.
Ir a la Biblia y reconocer quién es Dios y por qué lo anhelamos nos llevará al arrepentimiento y nos dará la perspectiva correcta y la paz verdadera.
El pueblo de Dios no debe seguir los deseos de la carne. Por la gracia de Dios, deben someterse a la autoridad adecuada, especialmente a Dios y su Palabra.
La vía de escape del Señor es llegar al límite de nuestras propias fuerzas, abandonar las fuerzas o los métodos humanos y volvernos absolutamente a Dios con una fe de niño.
Los que sufren reciben el consuelo del Señor. La voz de Cristo les ofrece verdadero consuelo en su hora oscura. Estos enfermos se enriquecen en recursos espirituales.
En el pasado, los cristianos pensaban que la liberación era principalmente sanidad física. Sin embargo, la mayor liberación será del miedo cuando el pueblo de Dios testifique ante un mundo sacudido.
Si los creyentes sólo velamos por nuestros propios intereses, nuestro testimonio será, en el mejor de los casos, limitado. Sin embargo, si buscamos edificar a otros, cada misión ordenada por Dios recibirá amplio apoyo.