Permanece en el Amor de Dios
Hace 35 años, Dios puso en mi corazón abrir una casa de muchachos en Amityville, New York, en Long Island. Realmente pensé que el Señor estaba detrás de esta obra. Aún así, después de sólo año y medio, los oficiales del estado impusieron regulaciones imposibles para nosotros. Nos dijeron que debíamos tener un psicólogo a tiempo completo, además de un sacerdote o un rabí si aceptábamos muchachos católicos o judíos. No podíamos cubrir los gastos operacionales bajo esas restricciones, así que simplemente cerramos las puertas.