UN GOLPE MORTAL A LA DUDA
“Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”(Santiago 1:6-7).
Muchos cristianos se sientan en la casa de Dios y murmuran y se quejan, como si Dios no los oyera. Pero Dios escucha nuestras murmuraciones: acusaciones de que no se preocupa por nosotros o insinuaciones de que nos ha decepcionado.