AVIVA EL DON DE DIOS
Pablo le dijo a Timoteo: “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.” (2 Timoteo 1:6).
Mi palabra hoy para ti es la misma: Aviva el don de Dios. Cuando Dios puso su mano sobre tí, puso algo de su vida dentro de ti: la habilidad de hacer lo sobrenatural.