LOS OJOS DEL CORAZÓN
Es posible encontrar un creyente relativamente nuevo en las montañas del Perú que entienda más sobre la Biblia que un doctorado en teología. De hecho, ese peruano sin educación puede no sólo saber más acerca de la Biblia, sino que también puede conocer al Señor de una manera que el erudito griego o hebreo no le conoce.
Recuerda, fue Jesús quien se alegró y dijo:
“Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños” (Lucas 10:21, cursivas añadidas).