BUSCANDO A DIOS

Gary Wilkerson

Aún después de que el Señor los bendijera poderosamente, los israelitas se tornaron a los ídolos. Mientras Moisés tenía comunión con Dios en el monte, el pueblo fundía sus joyas para hacer un becerro de oro. No podemos comparar esto con nada en el presente, pero el punto es este: Cuando tú buscas las bendiciones de Dios sin buscar a Dios mismo, terminas en idolatría, porque el enfoque de tu búsqueda es algo terrenal. Como dice Pablo:

¡DESPIERTEN, VALIENTES!

Claude Houde

Proclamad esto entre las naciones, proclamad guerra, despertad a los valientes, acérquense…diga el débil: Fuerte soy. Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat” (Ver Joel 3:9-12).

Les ruego que oren conmigo: "Señor, aumenta nuestra fe", pero también les desafío a tomar la decisión de ser un valiente para Dios. Utilizo deliberadamente la expresión "rogar" porque creo que es apropiada y proporcional a nuestra causa y la importancia de los tiempos.

DIOS DEFIENDE A SU PUEBLO

David Wilkerson

Las Escrituras dicen que el Rey Ezequías era temeroso de Dios: “Siguió [se aferró] a Jehová” (2 Reyes 18:6).

Durante el reinado de Ezequías, Jerusalén fue sitiada por los asirios, el imperio más poderoso del mundo en aquellos días. Este vasto ejército ya había capturado Samaria y las ciudades de Judá, y ahora habían rodeado Jerusalén. Su capitán, burlándose, les dijo: “Hemos vencido a los dioses de todas las naciones. ¿Cómo esperan que su Dios los libre?"

EL FUEGO NO PUDO DAÑARLOS

David Wilkerson

Sadrac. Mesac y Aded-nego, a quienes a menudo se les llama “los tres jóvenes hebreos”, rehusaron postrarse en adoración ante el ídolo de oro de 30 metros de alto que Nabucodonosor había hecho. Ellos se mantuvieron firmes aún cuando fueron condenados a morir en un horno de fuego ardiendo. Mientras el perverso rey les preguntó sarcásticamente: “¿Qué Dios será aquel que os libre de mis manos?” (Daniel 3:15), los jóvenes comprometieron al Señor a cumplir sus promesas:

LA FIDELIDAD DE DIOS

David Wilkerson

Hay momentos que parecen como que Dios no se mostrara, momentos en que su pueblo ha quedado avergonzado y desesperado, pero la historia aún no había terminado. (La cruz fue uno de esos momentos). De lo que no nos damos cuenta cuando estamos en medio de la crisis es que el propio honor de Dios está en juego.

EL FAVOR MAYOR

Gary Wilkerson

Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí” (Éxodo 33:15).

Moisés sabía que algo de Dios superaba a Sus bendiciones y aún a Sus obras sobrenaturales. Él sabía que más allá del favor ilimitado de Dios había un favor mayor, un favor que no se encuentra en las cosas que Él hace, sino sólo en Quien Él es.

UN CIELO SIN LA PRESENCIA DE DIOS

VIVIENDO EN LA BENDICIÓN

Nicky Cruz

Después de haber cometido su gran pecado, David oró:

Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. ”(Salmo 51: 1-3, 9-10).

RECUPERÁNDOLO TODO DESPUÉS DE LA PÉRDIDA

David Wilkerson

Cuando David buscó la dirección de Dios después de la catástrofe en Siclag (ver 1 Samuel 30:1-6), creo que oyó una voz detrás de él susurrando: "Este es el camino, camina en él”. Y, amados, lo mismo es cierto para nosotros hoy.

Hay una antigua canción de estilo “gospel”, titulada: "Él hará un camino", y nuestro Señor hace precisamente eso. Verás, Él siempre ha tenido un plan listo para nosotros y ese plan está todavía en ejecución incluso ahora a través de cualquier dificultad que enfrentamos.

¿QUÉ ES LO QUE REALMENTE IMPORTA?

¡PELEA!

David Wilkerson

Cada creyente es desafiado a permanecer en las Escrituras hasta que el Espíritu Santo haga que las promesas de Dios parecieran saltar de las páginas hacia él o ella personalmente. Podemos saber cuándo sucede eso porque vamos a escuchar la voz suave y apacible del Espíritu, susurrando: "Esta promesa es tuya. Es la Palabra de Dios dada sólo para ti, para que atravieses los tiempos difíciles”. Estoy convencido de que no se puede luchar la batalla de la fe sin oír la se fura y firme voz del Señor para ti.

SU PALABRA PERSONAL