UNA PALABRA DE ESPERANZA
Durante muchos meses, escudriñé y estudié las Escrituras, pidiéndole al Señor que me dé un mensaje de esperanza y aliento para estos tiempos duros. Mi espíritu clamó: “Señor, por favor habla una Palabra a mi corazón para tus hijos, pues sólo Tú tienes palabras de vida eterna. Sólo Tú puedes darnos una Palabra de consuelo en tales tiempos”.
El Espíritu Santo respondió mi oración, hablando a mi corazón, lo siguiente:
“Yo te daré una sola promesa de mi Palabra. Y si tú confías tu vida entera a ella, esta Palabra te guardará durante todos los tiempos peligrosos”.