EL EVANGELIO IMPARABLE
“Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo” (1 Corintios 11:31-32). Entonces, ¿de qué manera podemos juzgarnos a nosotros mismos, como Pablo dice que hagamos?