CONSOLADOS POR DIOS

David Wilkerson

“En Jerusalén tomaréis consuelo” (Isaías 66:13).

¡Qué tal profecía! Este versículo habla del consuelo en la Iglesia, de cada miembro del cuerpo de Cristo amándose y nutriéndose el uno al otro. Es un cuadro del pueblo de Dios consolando las heridas los unos de los otros y participando de sus sufrimientos.

EL AMOR DE MI PADRE

David Wilkerson

Una madre se quedará con su hijo enfermo hasta que llegue la cura. Ella incluso soportaría si el niño rechazara su amor. Ese hijo puede caer en pecado, sin tener en cuenta todas las palabras de orientación y corrección de su madre. Puede llegar a sentirse abrumado por el desaliento o la incredulidad, o llegar a ser orgulloso, terco y rebelde. Sin embargo, a pesar de todo, su madre nunca se da por vencida con él.

UNA MISIÓN DE AMOR

David Wilkerson

El amor del Padre hacia nosotros, personificado en Su Hijo, se ha comprometido con el trabajo ministrador del Espíritu Santo. Y el Espíritu ha sido enviado a la humanidad para revelar la majestad y gloria de este amor eterno.

"El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado… os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu" (Romanos 5:5; 15:30). El Espíritu Santo es el amor eterno del Padre y del Hijo. Todas Sus obras, todo Su ministerio, están ordenados para expresar y manifestar dicho amor.

FIRMES Y CONFIADOS

David Wilkerson

“Cristo…hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza. Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años” (Hebreos 3:6-9, la cursiva es mía).

ÉL ES ABSOLUTAMENTE FIEL

Carter Conlon

"Y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan" (Salmo 37:25). La increíble segunda mitad de esta promesa: "Ni su descendencia que mendigue pan", significa que el caminar con Cristo no te afecta tan sólo a ti, sino que afecta el futuro de sus seres queridos.

DIOS ES NUESTRO REFUGIO

David Wilkerson

En este momento, el mundo se dirige hacia una gran turbulencia. Habrán eventos y caos que, naturalmente, traen miedo. Pero Dios nos ha dicho: "Mi Palabra está en ti. Estás cubierto bajo la sombra de mi mano y tú eres mi hijo”. Ha llegado el momento de ajustar nuestros cinturones de seguridad, abrir nuestra Biblia y hablar con nuestro Padre a través de todo esto. Él ha dicho que no vamos a derrumbarnos: “Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.” (Hechos 2:25).

Te insto a apropiarte de esta poderosa palabra de Isaías:

EL SALTO DE FE

David Wilkerson

Es posible que nos conmovamos y despertemos, y que nos preguntemos: “¿Por qué estoy tan temeroso? ¿Por qué estoy en esta montaña rusa de la desesperación? ¿Por qué el futuro causa pánico en mi alma?”.

Esto sucede porque no hemos entregado totalmente nuestras vidas, nuestras familias, nuestra salud, nuestros trabajos y nuestros hogares en las manos fieles de Dios. No hemos dado el salto de fe que determina: “Mi Señor es verdadero y fiel. A pesar de que he fallado en innumerables ocasiones, Él nunca me ha fallado. Pase lo que pase, voy a entregar mi vida y futuro a su cuidado".

TOMA UNA POSICIÓN

David Wilkerson

Oigo de muchos creyentes que han bebido de la copa de la desesperación. Han enfrentado tantos traumas y han soportado tantas crisis que ahora están exhaustos. Están tan abrumados que piensan que una preocupación más, un temor más, y quedarán destruidos sin esperanza. Han llegado al límite de sus fuerzas, al final de sí mismos.

UNA COPA DE ESTREMECIMIENTO

David Wilkerson

El Señor nunca tuvo la intención de que su pueblo viva en pánico o temblando de miedo. Incluso en el Antiguo Testamento, el Señor tenía un pueblo que confiaba en sus promesas y que permanecía inalterable aun en medio del caos a su alrededor. Vemos esto en la vida del profeta Habacuc, un hombre a quien le fue dada una visión acerca de “el fin" (Habacuc 2:3).