DIOS NO SE RINDE CON NOSOTROS
Crecí en un ambiente donde nadie expresaba emoción. ¡Se trataba simplemente de una cuestión de supervivencia! Cuando llegué a conocer al Señor, muchas cosas cambiaron. Estaré eternamente agradecido por mis primeros años en la fe y por aquellos que con tanta paciencia me enseñaron y guiaron en mis primeros pasos con Dios. Ellos son mis padres y madres espirituales y los amo. Sin embargo, en la mentalidad de la iglesia evangélica de la época, existía la misma actitud: Nosotros no hablamos de problemas y sufrimiento; levanta la cabeza y camina firme; podemos hacerlo, vamos, vamos, vamos!