NO HAY ABRACADABRA
No hay mejor ejemplo del mover poderoso de Dios en una ciudad que el relato de Hechos 11:20-21: “Unos varones de Chipre y de Cirene… entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor.”
Ocurrió tal cosecha que Bernabé fue enviado desde Jerusalén para investigar. “Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó…y una gran multitud fue agregada al Señor.” (Versículos 23-24).