CELO POR LA CASA DE DIOS
Cuando Jesús anduvo en la tierra, testificó: “El celo por la casa de mi Padre me consume” (Ver Juan 2:16-17). Ahora, Su mensaje a los cristianos en Sardis, y a nosotros hoy, es este: “Disfrutaron de mi favor, con una buena reputación por doquier. Fueron bendecidos con adoración y predicación poderosa. Pero en vez de avanzar, comenzaron a pensar: ‘Hemos llegado.’ Así que se relajaron. Ya no estaban vigilantes y la indiferencia comenzó a tomar lugar. Ahora se han fijado en una zona espiritual cómoda. No han seguido realizando la misión que les he dado”.