UN GRAN GRITO
A veces tenemos que estar quietos y saber que Él es Dios. A veces el Espíritu trae canciones de amor a Jesús dulces y melódicas. Pero a través de la Palabra de Dios, toda vez que Él trajo victoria sobre los enemigos, el pueblo siempre levantó un gran grito, un fuerte ruido de alabanza al Señor. En el séptimo día en que Israel marchó alrededor de Jericó, se difundió este mandamiento: “Todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá” (Josué 6:20).
En Esdras descubrimos que otro gran grito se produjo cuando se echó el cimiento del templo.