A PRUEBA DE SERMONES
Ser “a prueba de sermones” es escuchar la Palabra de Dios, decir que lo amamos, profesar obediencia a ella, ¡Pero luego no actuar consecuentemente! Es llegar a endurecerse tanto, que el corazón ya no se conmueve y no se ve afectado por lo que se predica. Algunos lo llaman “endurecerse al evangelio”.
Piensa en todas las viejas historias de la Biblia y en los personajes de la Biblia. ¿Quién crees que fue más “a prueba de sermones”? ¿Quién se sentó a los pies de la palabra más fuerte y clara y aún así era totalmente inmune a ella?