DIRECTO DEL CORAZÓN DEL PADRE

David Wilkerson

Jesús, en su ministerio terrenal, tenía que confiar en un diario obrar interno de la voz del Padre. Tenía que depender del Padre en todo momento, para poder oír Su voz dirigiéndole. De otra manera, Cristo simplemente no podría haber hecho las cosas que hizo. Jesús tenía que oír la voz de Su Padre hora tras hora, milagro tras milagro, un día a la vez.

APRENDIENDO A CAMINAR COMO EL CAMINÓ

David Wilkerson

Jesús vivió su vida sobre la Tierra dependiendo completamente del Padre Celestial. Nuestro Salvador no hizo ni dijo nada hasta consultar primero con Su Padre en la gloria. Y no realizó ningún milagro, excepto aquéllos que el Padre le dijo que hiciera. Él declaró: "Según me enseñó el Padre, así hablo... no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada" (Juan 8:28-29).

OBTENEMOS TODOS LOS BENEFICIOS

Gary Wilkerson

Al volver a leer los Evangelios, vemos que todo lo que Jesús hizo en la Tierra fue con el propósito de cumplir con los términos del pacto que había hecho con el Padre. Fue tras las ovejas perdidas; abrió los ojos de los ciegos; resucitó a los muertos; abrió las puertas de la cárcel; habló palabras de vida eterna; realizó obras milagrosas; echó fuera demonios y sanó toda clase de enfermedades. En cada versículo de los Evangelios, Jesús fue cumpliendo las cosas que el Padre le había enviado a hacer.

LA BENDICIÓN DEL SEÑOR

Nicky Cruz

Dios perdonó a David su pecado, pero mira las bendiciones que se perdió David por la caída. Mira de lo que se privó por su aventura con Betsabé, el costo oculto que pagó por desviarse del camino que Dios puso delante de él. Dios le dijo: “Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más” (2 Samuel 12:7-8).

LA ROCA DE LOS SIGLOS

David Wilkerson

El libro de Daniel nos brinda una mirada profética de como la guerra presente va a terminar. El rey Nabucodonosor tuvo un sueño y Daniel lo interpretó:
“Tu, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen…cuya gloria era muy sublime…y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido”. (Daniel 2:31-33)

"LA TRAMPA AMOROSA" DE SATANÁS

David Wilkerson

Cuando la trompeta del mensaje de la iglesia mundial del diablo finalmente suene a través de la tierra, millones de cristianos tibios serán engañados. Ellos razonarán: “Esta unión de todas las iglesias debe estar bien. Sus líderes hablan tanto sobre Jesús. Cualquiera que hable mucho de Jesús debe tener una fe cristiana legítima.”

ESTA GUERRA FINAL

David Wilkerson

La controversia central de esta guerra es la divinidad de Jesús. ¿Es este el Cristo, el unigénito del Padre, Dios encarnado, el Salvador del mundo? ¿O, era Jesús tan solo otro profeta que hacia el bien? ¿Era un hombre ordinario, no divino, no el Salvador resucitado quien se sienta con Dios en gloria?

TRAERLOS A CASA A LA GLORIA

Gary Wilkerson

El Padre celestial no estaba dispuesto a perder a Sus amadas criaturas en manos de los poderes del infierno, así que ideó un plan para rescatarnos: “Entonces hablaste en visión a tu santo, y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; he exaltado a un escogido de mi pueblo” (Salmo 89:19). El Padre dijo a Su Hijo: "La humanidad se volverá débil y miserable a causa de su pecado, incapaz de encontrar su camino de regreso hacia Mí. Te nombro como Mi Santo para ayudarlos y traerlos de vuelta a Mi favor".

EL PUEBLO VALEROSO DE DIOS

Jim Cymbala

La lista de los guerreros valientes de David en 1 Crónicas 11:22 nos presenta a Benaía, cuyas hazañas incluyeron haber derrotado a dos de los mejores hombres de Moab. También mató a un león en un pozo nevado y resbaladizo. Quizás lo más asombroso fue haber vencido a un egipcio de altura suficiente como para ser un centro titular de los Chicago Bulls. Este gigante de aproximadamente 2,25 metros de estatura blandía una lanza que tenía un asta cuya solidez se asemejaba a un tubo de plomo, mientras Benaía sólo tenía un palo.