ACEPTOS
En la historia de la mujer sorprendida en adulterio que se cuenta en Juan 8, Jesús hizo acepta a la acusada. En lugar de rechazar a la mujer adúltera, cuya vida pendía de un hilo, Él la aceptó, y hace lo mismo por nosotros hoy. Toma a todo aquel que ha sido llevado al límite debido a su propio pecado y le dice: “Tú eres mío, estas justo en el centro del amor del Padre”.