ORACIÓN DE AVIVAMIENTO
Los avivamientos nunca han sido dominados por la predicación elocuente o brillante. Si uno hubiera cronometrado el tiempo de las reuniones, habría descubierto que se dedicaban muchos más minutos a la oración, al llanto y al arrepentimiento, que a las predicaciones. En el “avivamiento de oración” de 1857-59 prácticamente no se predicaba.