EL GOZO DE JESÚS
Donde la palabra de Dios es reverenciada, el resultado inevitable es un derramamiento genuino del "gozo de Jesús".
Nehemías y Esdras le dijeron a la multitud que había vuelto a Jerusalén: "Ustedes han estado entusiasmados con la palabra de Dios - hambrientos por ella, amándola, permitiendo que obre en sus corazones. Se han arrepentido, llorado y entristecido - y Dios se ha complacido con ustedes. Pero llegó el tiempo de regocijarse. Saquen sus pañuelos y sequen sus lágrimas. Este es un tiempo de gran gozo y alegría.”