LA BONDAD DE DIOS

David Wilkerson

¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?” (Romanos 2:4, NVI)

¿Qué quiere decir Pablo cuando dice que esta persona desprecia las riquezas de la bondad de Cristo? La palabra para despreciado aquí significa: “El no pensaría que esto fuera posible”. En otras palabras, este creyente dijo: “Tal gracia y misericordia no es posible, no puedo comprenderla”. Esto no penetró en su teología, así que, en lugar de aceptarlo, se propuso estar en contra de ello.

LA RESPONSABILIDAD DE LA GRACIA

David Wilkerson

En la parábola de Mateo 18:23-35 ¿El rey pasó por alto el pecado de su siervo? ¿Miró de reojo su deuda y simplemente la justificó? No, de ninguna manera. El hecho es, que perdonándole a él, el rey colocaba sobre este hombre una pesada responsabilidad, una responsabilidad mucho más grande que la responsabilidad de su deuda. De hecho, este siervo debía ahora a su amo más que nunca. ¿Cómo? Él era responsable de perdonar y amar a otros, tal como el rey había hecho por él.

ACEPTANDO SU MISERICORDIA

David Wilkerson

Jesús nos dio la parábola de Mateo 18:23-35 para mostrarnos un ejemplo de un siervo de confianza, talentoso, quién es repentinamente descubierto como el cabecilla de todos los deudores. He aquí alguien que no es merecedor, lleno de motivos errados, del todo indigno de compasión. Sin embargo, su amo le perdona gratuitamente – tal como Jesús lo hizo por ti y por mí.

HAMBRE DE DIOS

David Wilkerson

Cuando el avivamiento irrumpió en Jerusalén, un ángel le habló al apóstol Felipe, indicándole que fuera al desierto de Gaza, donde encontraría a un diplomático etíope sobre un carro. Felipe encontró al hombre que leía en voz alta el libro de Isaías, así que le preguntó al oficial: “¿Entiendes lo que lees?” (Hechos 8:30).

NO HAY ABRACADABRA

Jim Cymbala

No hay mejor ejemplo del mover poderoso de Dios en una ciudad que el relato de Hechos 11:20-21: “Unos varones de Chipre y de Cirene… entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor.”

Ocurrió tal cosecha que Bernabé fue enviado desde Jerusalén para investigar. “Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó…y una gran multitud fue agregada al Señor.” (Versículos 23-24).

¡HAZLO OTRA VEZ, SEÑOR!

David Wilkerson

En Marcos 8, una vez más, Jesús alimentó a una multitud, esta vez se trataba de 4,000 personas, tan sólo con siete panes y unos cuantos peces. Nuevamente, los discípulos recogieron varias canastas de sobras (ver Marcos 8:5-8). Sin embargo, Cristo discernió que los discípulos aún no aceptaban Su poder de obrar milagros. Así que les preguntó: “¿Aun tenéis endurecido vuestro corazón?” (8:17).

NADA QUE TEMER

David Wilkerson

Dios le dijo a Israel: “Ustedes no Me creyeron cuando les dije que no tenían nada que temer, que yo pelearía por ustedes. Olvidaron por complete que yo los crie como criaturas y cuide de ustedes. Nunca confiaron en Mí, aunque fui delante de ustedes, les di una nube para refugiarlos del sol ardiente, les di fuego en la noche para alumbrar su camino y darles consuelo en la noche oscura. Pero, ustedes dieron oído a sus dudas, me difamaron, y me hicieron ver como mentiroso” (ver Deuteronomio 1:27-35).

CONFIANDO EN LO QUE ÉL DICE

David Wilkerson

Puede que recuerdes la historia en el Antiguo Testamento de los espías israelitas enviados a revisar la Tierra Prometida. Ellos volvieron diciendo: “Sí, es una tierra donde fluye leche y miel. Pero también está llena de gigantes y ciudades fortificadas. No podemos enfrentar a esta gente. Comparados con ellos, somos como langostas” (ver Números 13).

EL TESTIMONIO DE PENTECOSTÉS

David Wilkerson

Casi todos los sermones acerca del Pentecostés se enfocan las señales y maravillas hechas por los apóstoles. O, ponen énfasis en los 3,000 que fueron salvos en un día, o las lenguas y la aparición de fuego. Pero no oímos acerca del acontecimiento que fue la mayor maravilla de todas. Este acontecimiento llevó a multitudes de regreso a sus naciones con una impresión viva, inequívoca de quién es Jesús.