UNA PALABRA FRESCA DE DIOS
La Escritura nos dice que en ocasiones Jesús sanaba "todos los que le tocaban quedaban sanos" (ver Marcos 6:56). Pero, otras veces, no sanaba debido a la incredulidad de la gente. ¿Cómo sabía Jesús cuándo sanar y cuándo no? Él tenía que oír la apacible y quieta voz de Su Padre, dándole una palabra de dirección. Y Él se gloriaba en oír la voz de Su Padre.