¡UN GOZO GRANDE Y EXUBERANTE!

David Wilkerson

“Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia” (Hechos 2:28).

¿Te has preguntado cómo era Jesús día a día, Su corazón, Su actitud? ¿Se veía destrozado por todas las cargas que llevaba? ¿Lloraba? ¿Había una pesadumbre solemne en su presencia?

Él lloró, y llevó cargas pesadas. En Getsemaní sudó gotas de sangre, y en otras ocasiones gimió y suspiró por la incredulidad, pero la Palabra de Dios deja en claro que Cristo estaba lleno de gozo y alegría.

LA BENDICIÓN DEL SEÑOR

Dios perdonó a David su pecado, pero mira las bendiciones que se perdió David por la caída. Mira de lo que se privó por su aventura con Betsabé, el costo oculto que pagó por desviarse del camino que Dios puso delante de él. Dios le dijo: “Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más” (2 Samuel 12:7-8).