CON UN CORAZÓN PERFECTO

David Wilkerson

¡Es posible andar delante del Señor con un corazón perfecto! Dios le dijo a Abraham: “Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto” (Génesis 17:1).

También, Dios les dijo a los hijos de Israel: “Perfecto serás delante de Jehová tu Dios” (Deuteronomio 18:13). David tuvo la determinación en su corazón de obedecer este mandamiento. Él dijo: “Entenderé el camino de la perfección…En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa” (Salmos 101:2).

LA GRACIA DE DIOS OBRANDO EN NOSOTROS

Gary Wilkerson

La mayoría de nosotros admitiría que rara vez siente la gracia de Dios obrando en su vida. Es por ello que rápidamente dudamos que Su presencia mora en nosotros. Pablo nos menciona este dilema en Gálatas, cuando escribe: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16).

LLAMADOS A SALIR

Claude Houde

Una lectura cronológica rápida y limitada del texto en Génesis 11 y 12 podrían llevar a un lector novato de la Biblia a suponer que el padre de Abraham estaba muerto cuando Dios le extendió Su mano divina que guió su destino. Sin embargo, un simple estudio de la esperanza de vida y las edades de los personajes históricos involucrados, junto con un análisis riguroso de las genealogías, nos muestra claramente que este no era el caso en absoluto.

ALE LA PENA OBEDECER

David Wilkerson

“Por la fe Moisés…rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios…por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.” (Hebreos 11:24-27).

EL RESULTADO DE LA DESOBEDIENCIA

David Wilkerson

La desobediencia a la Palabra de Dios con el tiempo va a terminar en un colapso de la moral y el carácter cristiano.

Todo comienza con un acto descarado de desobediencia a una palabra clara de Dios. Añade a eso una convicción de pecado a medias, un arrepentimiento a medias, y terminarás como Salomón: ¡absolutamente extraviado!

CRISTIANOS A MEDIAS

David Wilkerson

Salomón tenía su vida dividida: una mitad para Dios y una mitad para sus placeres. La Palabra de Dios lo convencía a medias. Él experimentó tristeza a medias y arrepentimiento a medias…¡con cambios a medias! No sé qué pasó, pero Salomón se convenció a medias de que su mujer pagana no podía vivir en el Lugar Santo cerca del arca. Así que decidió sacarla… ¡a mitad de camino de la ciudad!

A PRUEBA DE SERMONES

David Wilkerson

Ser “a prueba de sermones” es escuchar la Palabra de Dios, decir que lo amamos, profesar obediencia a ella, ¡Pero luego no actuar consecuentemente! Es llegar a endurecerse tanto, que el corazón ya no se conmueve y no se ve afectado por lo que se predica. Algunos lo llaman “endurecerse al evangelio”.

Piensa en todas las viejas historias de la Biblia y en los personajes de la Biblia. ¿Quién crees que fue más “a prueba de sermones”? ¿Quién se sentó a los pies de la palabra más fuerte y clara y aún así era totalmente inmune a ella?

CADA OBRA GLORIOSA

Gary Wilkerson

Dios está detrás de toda obra gloriosa y no compartirá Su gloria. Él no permitirá que ningún obstáculo se interponga en el camino del brillo resplandeciente de su Hijo. Por lo tanto, Él necesita vasos limpios para hacer Su obra. En el momento cumbre, cuando Sus bendiciones y poder están fluyendo libremente a través de Su pueblo, Él les dice: “Detente ahora y pon todo en pausa. Quiero que examines tu corazón.”

EL ESPÍRITU DE INTENSIDAD

David Wilkerson

Cuando Dios está a punto de hacer una nueva obra, Él derrama un espíritu de intensidad sobre Su pueblo. Ya no podemos ser flojos espirituales, relajados, complacientes y apocados. Debemos ser intensos, llenos de calor y pasión por Cristo, sintiendo seriamente y en lo profundo la obra de Dios. Hoy, Dios está levantando un pueblo que odia el pecado y tiembla ante Su Palabra. Su remanente debe oír y creer en los santos profetas. Ellos no deben dudar ni volverse tibios; por el contrario, deben tomar las cosas de Dios con mayor seriedad a medida que transcurren los días.

TOCADO POR LA MANO DE DIOS

David Wilkerson

Nehemías fue un hombre de gran intensidad para Dios. “Vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos” (Nehemías 1:2-4).