NO ESTAS SOLO EN TUS PROBLEMAS
“Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia” (Salmo 73:13).
Asaf, el escritor de este salmo, estaba confundido por sus sufrimientos, especialmente cuando observaba la vida fácil que llevaban los impíos alrededor de él. Casi cayó en un abismo de incredulidad, dispuesto a acusar a Dios de haberlo abandonado, de no preocuparse. De hecho, casi abandonó la batalla por completo.