Una vida de dar
Era la noche de la Última Cena, y Jesús estaba terminando su conversación final con los discípulos. Todo lo que dijo aquella noche fue sabiendo que él estaba a punto de dejarlos. Así que concluyó la reunión con una oración de aliento acerca de cosas que venían: una Iglesia que debía vencer y ser triunfante; un pueblo en el que su amor por otras personas fuese un testimonio al mundo; un poder divino y autoridad fluyendo a través de sus seguidores; y la gloria del Padre descansando sobre su pueblo. Éstas fueron todas las cosas que Jesús quería dar a su Iglesia a través del Espíritu Santo.