¿CUÁL ES EL PROBLEMA?
La gran tentación en el cristianismo actual es tratar de hacer que nuestro mensaje sea tan aceptable para las masas que perdemos todo el fuego. “Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. (Lucas 3:16).
Creamos servicios llenos de dulzura y palabrerías. Pero eso no extenderá el reino ni hará que Jesús sea glorificado. La gente no puede venir a Dios sin la ardiente obra del Espíritu Santo.