DIOS QUIERE ABRIR NUESTROS OJOS
Algunos pueden preguntar: “¿Qué de la increíble experiencia de los discípulos en el Monte de la Transfiguración? ¿No fue esa una manifestación de la gloria de Dios? Hubo una luz imponente y la aparición milagrosa de Moisés y Elías”.
En ese momento increíble, la gloria de Dios no estaba en Moisés o Elías, ni en la luz espectacular. Más bien, su gloria radiante estaba en Jesús: