Santos Como Jesús

Gary Wilkerson

“Escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16). Hay dos elementos de la vida de Jesús que también deben ser parte de la nuestra. Es decir, debemos ser santos y ungidos. Algunos cristianos pueden sentirse intimidados al oír esto. “Claro, vivo una vida moral y hago lo mejor que puedo para ser piadoso, pero ¿santo? ¿Y ungido? ¿Cómo puede ser, con todos mis fracasos?”

De la Desesperación al Destino en Jesús

Claude Houde

Jesús ve y sabe lo que podría destruirnos. Él es Alfa y Omega, la primera y la última página de nuestra existencia. Nunca se sorprende por nuestros errores, nuestros secretos y nuestros fracasos. Él nunca “descubre” nada sobre nosotros, tiene todo el conocimiento y todo el amor y nunca se da por vencido con nosotros ni con nuestro futuro.

El Deleite del Padre

David Wilkerson (1931-2011)

“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo… acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe” (Hebreos 10:19-20, 22).

El Amor de Dios Nunca Fluctúa

David Wilkerson (1931-2011)

“A causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío… Mi corazón está dolorido dentro de mí… Temor y temblor vinieron sobre mí… Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría” (Salmos 55:3-6). David habla aquí de un ataque satánico tan severo que agotó su fuerza y paciencia y le hizo querer correr. Él gimió: “Hay dolor en mi alma, una presión que nunca cesa. Es una batalla que nunca termina y me aterroriza. Señor, no te escondas más de mí, por favor, escucha mi queja y hazme una vía de escape”.

Por Gracia Somos Vencedores

David Wilkerson (1931-2011)

¿Qué tiene la fe que sigue exigiéndonos mayores pruebas? ¿Por qué nuestras aflicciones se vuelven más intensas, más severas, cuanto más nos acercamos a Cristo? Justo cuando pasamos por una prueba que demuestra nuestra fidelidad, viene otra prueba, cada vez más intensa. Muchos santos piadosos deben preguntar: “Señor, ¿de qué se trata esta terrible prueba? Conoces mi corazón y tú y yo sabemos que confiaré en ti pase lo que pase”.

Su Deseo de Suplir Todas Tus Necesidades

Gary Wilkerson

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).

Conseguir lo que queremos no es un tema común entre muchos seguidores de Jesús, pero en realidad, tiene mucho que ver con el carácter de Dios y cómo lo percibimos. Muchos de nosotros nos acercamos al Padre como si él sólo oyera las oraciones por cosas “espirituales”. Pero Pablo dice que el cuidado de Dios cubre todo aspecto de nuestra vida: él suplirá todo lo que os falta.

Una Hora Quieta con Dios

Jim Cymbala

Pablo dice: “no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:15-16).

Un Corazón Abierto a la Disciplina de Dios

David Wilkerson (1931-2011)

A la mayoría de las personas les resulta difícil aceptar que un Dios amoroso permita el sufrimiento humano, pero el rey David dijo que sus aflicciones venían de la mano de Dios: “Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra… Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos” (Salmos 119:67, 71).

Las Batallas Solitarias que Peleas

David Wilkerson (1931-2011)

“Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:4-5).

En este momento, los poderes de las tinieblas de Satanás en todo el mundo se están regocijando. Estas fuerzas demoníacas se han infiltrado en las altas esferas del poder humano: los medios de comunicación, las oficinas políticas, los tribunales superiores. Está sucediendo incluso en denominaciones religiosas.