La Esperanza No Es un Sentimiento

David Wilkerson (1931-2011)

Oímos mucho sobre la esperanza, de políticos, de libros, de multimedia. Pero lo que se ofrece en cada uno de estos mensajes no parece durar. Es posible que nos entusiasmemos y animemos por lo que escuchamos en tales mensajes; de hecho, podemos vernos renovados y esperanzados por un tiempo. Pero lo que se ofrece no es una esperanza fija y experimentada y pronto se desvanece.

Resistiendo al Enemigo A Través de la Oración

David Wilkerson (1931-2011)

“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39).

Pablo acababa de hacer la pregunta: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” (8:35).

Alcanzando a los Perdidos A Través del Amor

David Wilkerson (1931-2011)

Como testigos de Cristo, estamos llamados a una tarea aparentemente imposible. Le pedimos al mundo que rinda las cosas que le son más queridas: sus pecados. A sus ojos, el caminar cristiano, una vida de pureza y santidad, parece una forma de esclavitud. Nuestra idea del cielo les parece más como el infierno. Cuando nos escuchan hablar del Evangelio, es una ofensa a su estilo de vida. El Evangelio de Cristo los llama a arrepentirse de los pecados que aman, a arrepentirse de rechazar al Dios que murió por ellos en una cruz.

Libertad en la Luz de Cristo

David Wilkerson (1931-2011)

Las promesas del Señor son siempre “sí y amén”. Sus promesas nunca cambian; y eso incluye su promesa de salvar a los perdidos. Cuando Dios nos ordenó ir a todo el mundo para ganar almas, él no incluyó una cláusula de exención: “Prediquen el Evangelio de mi hijo Jesucristo a todas las naciones, excepto en tiempos difíciles”. Y no dijo: “Cree que muchos serán salvos, excepto cuando haya un fuerte sacudir en el mundo”.

Confía en el Poder de Dios para Liberar

Carter Conlon

Cuando Jesús le preguntó al padre del hijo endemoniado cuánto tiempo había estado así, el hombre respondió: “Desde niño” (Marcos 9:21). En otras palabras, había pasado mucho tiempo. Fue esta larga y constante dificultad la que despertó el deseo del padre de buscar la ayuda de Dios. Dios usará la temporada difícil de nuestras vidas para generar el deseo de buscarlo y tener fe en su liberación.

Teniendo una Fe que Testifica

David Wilkerson (1931-2011)

Este mensaje es para todo cristiano que está al borde del agotamiento, abrumado por su situación actual. Ha sido un siervo fiel, alimentando a otros, confiado en que Dios puede hacer lo imposible por su pueblo. Sin embargo, tiene dudas persistentes sobre la voluntad de Dios de intervenir en tu lucha actual.

Anhelando la Venida de Jesús

David Wilkerson (1931-2011)

El pueblo de Dios necesita un gran derramamiento del Espíritu Santo, un toque sobrenatural aún mayor que el de Pentecostés. Los seguidores de Jesús en Pentecostés no tenían por qué temer a las armas nucleares. No temblaron mientras la economía mundial estaba al borde del colapso.

Está claro que necesitamos el poder del Espíritu Santo para enfrentar estos últimos días. De hecho, el clamor que se requiere hoy se oyó en los días de Isaías: “¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras… para que hicieras notorio tu nombre” (Isaías 64:1-2).

¿Muestra Tu Vida Fe en Cristo?

David Wilkerson (1931-2011)

El escritor de Hebreos dice a sus lectores: “Debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo” (Hebreos 5:12). Estas son palabras fuertes y osadas. ¿A quién se dirige exactamente el escritor aquí? En resumen, ¿a quién está reprendiendo? El libro de Hebreos nos muestra que está hablando a creyentes que han sido bien educados en la verdad bíblica. En otras palabras, los que leyeron esta carta se habían sentado bajo la poderosa predicación de muchos ministros ungidos. Considera todo lo que se les había enseñado a estos cristianos:

La Presencia de Dios en una Hora Oscura

David Wilkerson (1931-2011)

“[Dios] dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí” (Éxodo 33:14-15).

Moisés sabía que era la presencia de Dios entre ellos lo que los separaba de todas las demás naciones. Lo mismo ocurre con el pueblo de Dios hoy. Lo único que nos distingue de los no creyentes es la presencia de Dios “con nosotros”, guiándonos, conduciéndonos, obrando su voluntad en y a través de nosotros. Su presencia echa fuera el temor y la confusión.