Bendiciones Divinas
Las escrituras dan testimonio de que, por todo el mundo, existe hambre por una genuina gracia de Cristo. Lucas escribe que cuando Jesús predicó el Sermón del Monte, miles vinieron “para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades” (Lucas 6:17). Estas multitudes vinieron porque habían oído hablar de un hombre de gracia que los sanaría.