“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna” (Judas 20-21). La Biblia está llena de la verdad del amor de Dios, pero a veces podemos preguntarnos cómo el Señor podría amarnos.
Millones de creyentes que han probado el amor de Dios nunca han aprendido a entrar en la plenitud de su amor. Conocen la doctrina de su amor, la han oído siendo predicada a menudo, pero no saben lo que significa conservarse, mantenerse en su amor.