Guardando la Palabra de Dios en Nuestro Corazón
En generaciones pasadas, Dios tocaba y ungía a hombres y mujeres particulares de una manera poderosa. Estos seguidores de Dios se involucraron de lleno con el Señor y con su causa y se levantaron en fe. Despertaron y cambiaron los destinos de naciones enteras; y uno de esos hombres fue Daniel.
“Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión” (Daniel 9:3-4).