Cubiertos Por la Sangre de Cristo

David Wilkerson (1931-2011)

Nadie puede contar todas las tiernas misericordias de Cristo y las múltiples bendiciones de su sangre derramada. Pero enfoquémonos en una victoria en particular: el perdón de todos los pecados pasados.

“Si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado… Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:7, 9).

El Clamor de Tu Corazón

Gary Wilkerson

Los israelitas gimieron bajo el peso de la esclavitud y sus clamor de ayuda se elevó a su Padre en el cielo. La respuesta de Dios a ellos debe fortalecer nuestra fe y aumentar nuestra confianza en él: "Oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó" (Éxodo 2:24). La palabra “se acordó" aquí significa que Dios estaba a punto de traer la realidad de sus promesas delante de sus vidas y sus deseos para ellos se iban a manifestar. “Miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios” (2:25). Aunque Israel estaba en cautiverio, las realidades prometidas por Dios estaban a su alcance.

Los Peligros de la Gratificación Instantánea

Carter Conlon

George Müller (1805-1898) fue un evangelista y director de un orfanato en Inglaterra. Era un hombre de gran fe y cuando se le preguntó cómo podía lograr tanto con tan pocos recursos, él respondió: “La fe no opera en el ámbito de lo posible. No hay gloria para Dios en lo que es humanamente posible. La fe comienza donde termina el poder del hombre”.

Dios Oye Nuestro Clamor Silencioso

David Wilkerson (1931-2011)

De los 150 Salmos, el Salmo 34 es mi favorito absolutamente. Trata de la fidelidad de nuestro Señor para librar a sus hijos de grandes pruebas y crisis. David declara: “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores… El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende… Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias… Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová” (Salmos 34:4,7,17,19).

La Fuerza Prometida Por Dios Para Ti

David Wilkerson (1931-2011)

A menudo, la gente se pone en contacto con nuestro ministerio y dice: “No tengo a nadie con quien hablar, nadie con quien compartir mi carga, nadie que tenga tiempo para escuchar mi clamor. Necesito a alguien a quien pueda abrirle mi corazón”.

El rey David estaba constantemente rodeado de gente. Estaba casado y tenía muchos compañeros a su lado. Sin embargo, escuchamos el mismo clamor por parte de él: “¿A quién iré?” Está en nuestra naturaleza querer que otro ser humano, con rostro, ojos y oídos, nos oiga y nos aconseje.

Encontrando el Rumbo de la Vida

David Wilkerson (1931-2011)

Cuando la Escritura dice que el Espíritu Santo “habita” en nosotros, significa que el Espíritu de Dios entra y posee nuestros cuerpos, haciéndolo su templo. Y debido a que el Espíritu Santo conoce la mente y la voz del Padre, él nos habla los pensamientos de Dios: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13). ¡El Espíritu Santo es la voz de Dios en y para nosotros!

¿Crees en los Milagros?

David Wilkerson (1931-2011)

“Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino” (Mateo 15:32).

Entregando el Problema a Jesús

David Wilkerson (1931-2011)

“Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer” (Juan 6:5-6). Jesús se llevó a Felipe a un lado y le dijo: “Felipe, hay miles de personas aquí. Todos tienen hambre. ¿Dónde vamos a comprar suficiente pan para alimentarlos? ¿Qué crees que deberíamos hacer?”