UNA PROMESA PARA TODOS LOS LLAMADOS
Dios le dio una palabra al profeta Jeremías para que se la dijera a Israel: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí, yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras” (Jeremías 19:15). Las palabras de Jeremías enfurecieron tanto al gobernador principal del templo que lo ataron y lo torturaron. Sin embargo, a pesar de su sufrimiento, Jeremías nunca dudó de su llamado. Él sabía que había recibido una palabra de Dios.