¿POR QUÉ FUE LLEVADO JESÚS A EXPERIMENTAR EL DESIERTO?
“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1). ¡Qué versículo tan increíble! Mateo declara con osadía que el Espíritu de Dios condujo a Cristo a una experiencia en el desierto, donde tendría que atravesar severas tentaciones. Es aún más sorprendente, que este versículo sigue directamente a una escena de gran gloria cuando Jesús acababa de ser bautizado en el río Jordán. Al salir del agua, se abrieron los cielos y el Espíritu de Dios descendió como una paloma y reposó sobre su hombro.