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Devocionales en Español

UNA PROMESA PARA TODOS LOS LLAMADOS

David Wilkerson (1931-2011)

Dios le dio una palabra al profeta Jeremías para que se la dijera a Israel: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí, yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras” (Jeremías 19:15). Las palabras de Jeremías enfurecieron tanto al gobernador principal del templo que lo ataron y lo torturaron. Sin embargo, a pesar de su sufrimiento, Jeremías nunca dudó de su llamado. Él sabía que había recibido una palabra de Dios.

¡EMPIEZA A CAVAR HOY!

David Wilkerson (1931-2011)

Mateo nos dice que Jesús habló en parábolas: “Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente … para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo” (Mateo 13:34-35).

UN LUGAR PROMETIDO DE REPOSO

David Wilkerson (1931-2011)

El libro completo de Deuteronomio consiste en una serie de mensajes de despedida de Moisés, dirigidos a aquellos que sobrevivieron a los cuarenta años de vagar por el desierto y estaban destinados a poseer la tierra prometida. Él le recuerda a la nueva generación la importancia de la obediencia.

“Tú conoces la historia de tus padres. Era un pueblo llamado, elegido y ungido por Dios, pero ellos perdieron la visión. El Señor los amó tanto que los llevaba a sus brazos y los cargaba, una y otra vez. Sin embargo, vez tras vez murmuraban contra él, entristeciéndolo”.

RELACIÓN DEL EVANGELIO

Gary Wilkerson

Me encantan las palabras de un antiguo himno que solíamos cantar: “¡Oh qué amigo nos es Cristo, él llevó nuestro dolor! Él nos manda a que llevemos todo a Dios en oración” (Joseph M. Scriven). “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano” (Proverbios 18:24).

ORANDO POR UN DESPERTAR ESPIRITUAL

Carter Conlon

La Palabra de Dios nos da muchos ejemplos de las cosas increíbles que suceden cuando el pueblo de Dios ora. Por ejemplo, en el Segundo libro de Reyes, el rey de Siria rodeó la ciudad donde estaba el pueblo de Dios. Había un ejército tan vasto que el criado de Eliseo miró por encima del muro de la ciudad y preguntó: “¿Qué vamos a hacer? ¡Son más hombres y más poderosos que nosotros!” (Ver 2 Reyes 6:15).

¿ESTOY OYENDO A LOS HOMBRES O A DIOS?

David Wilkerson (1931-2011)

El apóstol Juan recibió una revelación de la gloria del Cristo exaltado: “He aquí una puerta [fue] abierta en el cielo; y la primera voz … dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado” (Apocalipsis 4:1-2).

RAZÓN SUFICIENTE PARA REGOCIJARSE

David Wilkerson (1931-2011)

Pablo dice: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3). Pablo nos está diciendo, en esencia, que “todos los que siguen a Jesús son bendecidos con bendiciones espirituales en los lugares celestiales, donde está Cristo” ¡Qué increíble bendición!

DÓNDE MIRAR CUANDO LA DUDA SURGE

David Wilkerson (1931-2011)

Noé vivió en una generación que se había salido de control. La violencia y el crimen eran rampantes y una maldad indescriptible se había extendido desenfrenadamente.

“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra … Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra … Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho” (Génesis 6:5-7).

EXPULSANDO LA INCREDULIDAD

David Wilkerson (1931-2011)

Estamos viviendo en tiempos de la revelación más grande del evangelio en la historia. Hay más predicadores, más libros, más saturación de los medios de comunicación del evangelio que en cualquier otro momento de la historia. Sin embargo, nunca ha habido más angustia, aflicción y confusión entre el pueblo de Dios. Los pastores de hoy diseñan sus sermones tan sólo para tomar a la gente y ayudarles a lidiar con la desesperación. Predican sobre el amor y la paciencia de Dios, y nos recuerdan que él entiende nuestros momentos de desaliento. Nos dicen: “No te rindas. Ten ánimo.