¿ERES CULPABLE DE IGNORAR A DIOS?
Todo cristiano sabe que Dios no mora en templos o edificios hechos por el hombre. En lugar de ello, nuestro Señor ha elegido vivir en vasos humanos, es decir, en los corazones y cuerpos de su pueblo. Todo creyente puede jactarse con confianza: “Dios vive en mí”. Por supuesto, el Señor está en todas partes, pero según su Palabra, el corazón lavado con sangre es su morada permanente.