¿ESTAMOS DISPUESTOS A QUE NUESTRA FE SEA PURIFICADA?
Amado, Dios está buscando un pueblo que confíe plenamente en él. El Señor no nos salvó para que pudiéramos deleitarnos eternamente en su bondad, misericordia y gloria. Él tuvo un propósito eterno al elegirnos a cada uno de nosotros y ese propósito va más allá de las bendiciones, el compañerismo y la revelación. El hecho es que Dios sigue extendiéndose hacia la humanidad perdida, en busca de personas con fe, que él puede moldear hasta convertir en su herramienta más grande de evangelización.