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Devocionales en Español

EL PROBLEMA DE NUESTRO PROPIO CORAZÓN

David Wilkerson (1931-2011)

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23).

Podemos escuchar enseñanzas sobre la necesidad de orar, ayunar y estudiar las Escrituras. Y podemos rogar a Dios por un hambre más profunda por él, un caminar más cercano con él y una mayor pasión por Jesús. Pero Proverbios nos dice que debemos considerar asuntos incluso más profundos que éstos. Este verso habla de asuntos del corazón, cosas ocultas y secretas que determinan el fluir de la vida que sale de nosotros.

LOGRANDO TU MÁXIMO PROPÓSITO

Gary Wilkerson

“Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti” (Hechos 26:16).

“Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios ... a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro” (1 Corintios 1:1-2).

COMO SI JESÚS MISMO ESTUVIERA ORANDO

David Wilkerson (1931-2011)

Adquirir poder en el nombre de Cristo no es una verdad teológica complicada ni escondida. Las bibliotecas están llenas de libros escritos únicamente sobre el tema del nombre de Jesús, que los autores escribieron para ayudar a los creyentes a comprender las profundas implicaciones escondidas en el nombre de Cristo. Sin embargo, la mayoría de estos libros son tan "profundos", que pasan directamente por encima de las cabezas de los lectores.

EL DOLOR DE UN CORAZÓN QUE DUDA

David Wilkerson (1931-2011)

Es posible que hayas tenido una situación por la que estabas orando, pero no parecías obtener una respuesta. Puedes decir: “Oré con fe, creyendo a Dios, pero él no me oyó. Esperé y esperé, pero él nunca respondió. ¿Cómo puedo entregar mi vida a Dios si él no responde a mis oraciones?”

Puede que no estés enojado con Dios, pero ciertamente has perdido confianza, lo cual, te impide comprometerte plenamente con él. Por lo tanto, has detenido la oración y ya no disfrutas de la plenitud de sus bendiciones.

VIVIENDO UNA VIDA EXAMINADA POR LA PALABRA DE DIOS

David Wilkerson (1931-2011)

Cuando leo sobre las proezas de los hombres de Dios en el Antiguo Testamento, mi corazón arde. Estos siervos estaban tan cargados por la causa del nombre de Dios, que hicieron obras poderosas que desconciertan las mentes de la mayoría de los cristianos de hoy.

Uno de esos santos fue Esdras, un hombre de Dios que despertó a toda su nación para Dios. La Escritura dice que Dios puso su mano sobre Esdras, y éste testificó: “Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí” (Esdras 7:28). Dios extendió su mano, envolvió a Esdras y lo convirtió en un hombre diferente.

ANHELANDO LA RENOVACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

Gary Wilkerson

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6:14).

Quizás te preguntes porqué te sientes tan apagado en tu espíritu. O porqué no tienes el poder de testificar como te gustaría. O porqué tus oraciones parecen tan débiles. Posiblemente podría ser porque hay demasiado del mundo, el residuo de la carne y la carnalidad, operando dentro de ti.

CAMINANDO A TRAVÉS DE LO MUNDANO, CON UN PROPÓSITO

Carter Conlon

Leemos en el libro de Isaías: “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen” (Isaías 40:29-30). En otras palabras, llega una temporada, en la que todos nosotros, sentimos que ya no podemos continuar. Sentimos que vamos a chocar y arder, espiritualmente hablando. De manera similar, todos enfrentamos temporadas en las que la frialdad llega a nuestro corazón, tal vez debido a la monotonía de la vida diaria.

LA PROMESA DE PODER EN CRISTO

David Wilkerson (1931-2011)

Cuando Jesús pasó sus últimas horas con sus discípulos, él les dijo: “De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará” (Juan 16:23). Luego les dijo: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (16:24).