PARA TODOS LOS QUE ESTÁN LEJOS

Carter Conlon

“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:38-39).

SERVIMOS A UN REY JUSTO

David Wilkerson (1931-2011)

El Señor gobierna sobre toda la creación con majestad y poder. Sus leyes gobiernan todo el universo; toda la naturaleza, toda nación y todos los asuntos de los hombres. Él gobierna sobre los mares, los planetas, los cuerpos celestes y todos sus movimientos.

“El señorea con su poder para siempre; sus ojos atalayan sobre las naciones” (Salmos 66:7). “Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder… Firme es tu trono desde entonces; tú eres eternamente… Tus testimonios son muy firmes” (Salmos 93:1-2, 5).

EL AMOR DE DIOS ES MÁS GRANDE

David Wilkerson (1931-2011)

Nuestro Padre celestial quiere que tengamos una seguridad permanente de su amor. En el Calvario, Jesús resolvió nuestro problema del pecado y aunque algunas veces fallamos, el Espíritu Santo nos recuerda constantemente la misericordia del Padre. Cuando nos enfocamos en nuestro pecado, perdemos de vista lo que Dios más quiere: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

CONTEMPLAREMOS A JESÚS

David Wilkerson (1931-2011)

¡Cielo! La promesa del cielo está en el núcleo mismo del evangelio, sin embargo, no oímos mucho sobre este gozoso tema en estos días. De hecho, la Biblia no dice mucho sobre cómo es el cielo. Jesús no se sentó con los discípulos a explicarles la gloria y majestad del cielo. Él sí le dijo al ladrón en la cruz: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”, pero no lo describió (Lucas 23:43).

CITAS DIVINAS

Gary Wilkerson

“Un etíope, eunuco… había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro” (Hechos 8:27-29).

Este etíope, que en realidad era tesorero de Candace, reina de Etiopía, había ido al templo en Jerusalén para adorar, buscando iniciar una nueva forma de vida. Él volvía escudriñando las Escrituras en su carro.

VENCIENDO LAS SEMILLAS DE DUDA

David Wilkerson (1931-2011)

Juan el Bautista era un hombre de la Palabra. Había pasado toda su vida estudiando las Escrituras en soledad y meditando en la ley. Él señaló a Jesús y declaró: “He aquí el Cordero de Dios” (Juan 1:29). Él había visto al Espíritu Santo descender sobre Cristo como paloma y había oído la voz del Padre declarando a Jesús como su propio Hijo. Sin embargo, Juan se hallaba en la cárcel, su poderoso y ungido ministerio fue interrumpido por el malvado rey Herodes (ver Lucas 3:19-20).

¡JESÚS YA REINA COMO REY!

David Wilkerson (1931-2011)

El rey Nabucodonosor instaló una estatua de oro en Babilonia y exigió que fuera adorada. Todos los funcionarios, líderes y ciudadanos de las más de cien provincias de Babilonia tuvieron que postrarse ante este dios o enfrentar la muerte: quemados vivos en grandes hornos. Sin embargo, tres jóvenes y devotos judíos en el reino se negaron a inclinarse y el rey furioso los arrojó al horno de fuego.

VALEN LA PENA LAS DIFICULTADES, A CAMBIO DE LA RECOMPENSA

David Wilkerson (1931-2011)

Hay un costo por entregarse completamente a Dios, pero también hay una gran recompensa. Cuando eres tibio, tienes una forma de piedad sin poder, no eres ni demasiado pecaminoso ni demasiado santo, eres aceptado y tu vida es relativamente tranquila. No eres problema para nadie, ni siquiera para el diablo.