SANA ESTA ALMA ATRIBULADA
Un pastor joven me llamó, a punto de dejar el ministerio. El Señor lo había estado usando de una manera maravillosa, pero ahora estaba desanimado, sintiéndose inútil, inservible, sin utilidad en absoluto para Dios. Cuando me llamó, él estaba devastado por algunas decisiones que había tomado e indicó que estaba a punto de darse por vencido. Estaba enojado con Dios y cuando hablaba conmigo, sentía que él esperaba que yo estuviera enojado con él. Pero él estaba tan quebrantado y abatido que sólo sentí el amor y la compasión de Dios por él.