LLAMADOS A TENER COMUNIÓN CON JESÚS

Jim Cymbala

¿Conoces a un padre que ya no le habla a su hijo? Tal vez fueron cercanos alguna vez, pero fueron dichas palabras duras durante una discusión y no han hablado desde entonces. O tal vez conoces a una pareja casada que rara vez se comunican y no disfrutan de la compañía mutua. Estas personas tienen una relación, pero no tienen comunión entre ellos.

“¿DÓNDE ESTÁS TÚ?”

David Wilkerson (1931-2011)

Los cristianos que no oran no se dan cuenta del peligro en el que se encuentran. Tú podrás argumentar: “Entonces, ¿qué pasa si algunos cristianos no oran? Siguen siendo creyentes, perdonados e irán al cielo”.

Nuestro Padre celestial se da cuenta de que vivimos en un siglo muy ocupado, con muchas exigencias de nuestro tiempo y energía; y los cristianos están tan atrapados en ocupaciones y actividades como cualquier otra persona. Sin embargo, yo no puedo creer que Dios tome a la ligera nuestro rechazo a nuestro acceso a él, lo cual, le costó la vida a su único Hijo.

ORA ANTES DE LA CRISIS

David Wilkerson (1931-2011)

Cuando Jesús anduvo sobre la tierra, él se hizo accesible a la población en general. Enseñaba en sinagogas, en laderas y en barcos; sanando a los enfermos y haciendo milagros. Alzaba la voz en las fiestas, gritando: “¡Yo soy el agua viva! Ven a mí y saciaré tu alma sedienta”. Cualquiera podía acercarse a él y ser saciado. Pero la invitación de nuestro Señor fue ignorada en su mayoría.

CONFIANZA INQUEBRANTABLE EN DIOS

David Wilkerson (1931-2011)

La mayoría de los cristianos están familiarizados con este versículo: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Vemos aquí que nuestro sumo sacerdote, Jesús, siente nuestros sufrimientos junto con nosotros. En otras palabras, el Señor se siente personalmente afectado por todo el dolor, la confusión y la desesperación que sentimos. No hay nada que experimentemos que él no haya soportado, de una forma u otra.

ORA Y NO DESMAYES

Gary Wilkerson

“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia”.

¿TENEMOS CORAZONES COMPASIVOS?

Nicky Cruz

Si queremos alcanzar personas para Jesús, tomemos una lección del apóstol Pablo. Él sabía cómo alcanzar personas con el mensaje de salvación.

Mientras estaba en Atenas, Pablo se angustió por la gran cantidad de personas que adoraban ídolos y dioses falsos. Él sabía cuán profundamente enquistados estaban estos rituales en su cultura y se dio cuenta de que para alcanzarlos, él necesitaba ganarse su confianza. Él pasó tiempo con el pueblo, aprendiendo sobre sus valores y creencias y absorbiendo su cultura.

UN INCREMENTO DIARIO DE PARTE DE DIOS

David Wilkerson (1931-2011)

La mayoría de los creyentes afirma vivir por fe y no por sentimientos, pero en la práctica diaria, muchos miden sus vidas espirituales por la forma en que se sienten. Tú puedes estar haciendo todas las cosas correctamente: leer la Biblia con regularidad, orar diligentemente y, aun así, sentir que no estás creciendo en el Señor.

SEÑOR, ¿POR QUÉ?

David Wilkerson (1931-2011)

No es pecado que un creyente pregunte por qué; incluso nuestro Señor hizo esta pregunta mientras colgaba de la cruz, adolorido (ver Mateo 27:46). A veces podemos clamar: “Señor, ¿por qué me hacer pasar por esto? Yo sé que no viene de tu mano, pero, aun así, tú estás permitiendo que el diablo me acose. ¿Cuándo va a terminar esto?”

“LO HAREMOS POR NUESTRA CUENTA”

David Wilkerson (1931-2011)

El profeta Isaías dijo de Israel: “¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!” (Isaías 30:1). La palabra hebrea “Ay” aquí, significa un profundo pesar y aflicción por lo que Dios describe como una rebelión, es decir, un retroceso, una testarudez, un alejamiento.