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Devocionales en Español

¿SIGUES YENDO A LA REUNIÓN DE ORACIÓN?

Carter Conlon

“Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén” (2 Samuel 11:1).

Aquí comenzó la disolución del orden divino: David comenzó a enviar a otros a la batalla mientras él se quedaba en casa. Era como si pensara que había luchado lo suficiente; que había ganado suficientes victorias. Tal vez sólo quería detenerse y oler las rosas por un tiempo.

UN “JESÚS” DIFERENTE

David Wilkerson

La Escritura habla una y otra vez del temor de Dios: “Teme a Jehová, y apártate del mal” (Proverbios 3:7). “El temor de Jehová es aborrecer el mal” (Proverbios 8:13). “Con misericordia y verdad se corrige el pecado,  y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal” (Proverbios 16:6).

Cuando no hay temor de Dios, la gente tiene que inventar un evangelio de conveniencia.

El mundo ha inventado un evangelio en el que no hay Dios y por lo tanto no hay cielo o infierno. No hay vida después de la muerte, no hay nada y nadie a quien responder.

EL LUGAR ESTABA TAN CALLADO

David Wilkerson

Hace años fui invitado a hablar en la Universidad de Yale. A mi llegada, me advirtieron que un grupo de manifestantes en la audiencia estaba listo para interrumpirme con antelación. Cuando subí al podio, vi a algunos de los manifestantes que sostenían letreros.

RETENGAMOS

David Wilkerson

“Como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto” (Hebreos 3:7-8).

“Retengamos nuestra profesión [de la fe]” (Hebreos 4:14).

EL PELIGRO DE LA FRIALDAD

David Wilkerson

Algunos que han retrocedido se dicen a sí mismos: “Puedo arreglar cuentas con el Señor, cuando yo elija. Sólo que no estoy listo. No estoy enojado con Dios; sólo necesito tiempo con mis amigos, tiempo para pasarlo bien. Sé que Dios es amoroso y misericordioso, así que cuando esté listo, iré a Él. Sabré cuándo es ese momento”. Escucho estos pensamientos especialmente entre los jóvenes que se están alejando.

ÉL ES DIGNO DE NUESTRA ALABANZA

Gary Wilkerson

Los teólogos usan una palabra extraña para describir a Jesús, al decir que Él es “impecable”. Ser “pecable” es fallar, pecar, estar en falta, luchar, la idea de que algo en ti puede ser arruinado. Pero incluso en Su naturaleza humana, la naturaleza divina de Jesús anuló todo eso. No había lujuria en Sus ojos ni orgullo en Su corazón. Eso en sí mismo es glorioso. Y aun en Su naturaleza humana, Él se mantuvo soberano, uno con Dios (Mateo 18:18, Colosenses 2:10).

EL BESO DEL SALVADOR

Nicky Cruz

Cuando hablo en una cruzada, a menudo busco en mi vocabulario palabras para expresar esa sensación sobrenatural, el momento en que Jesús apareció y cambió mi vida. Pero aún no le hago justicia. La mejor manera que he encontrado es a través de una analogía simple.

¡LA ORACIÓN QUE EL MUNDO NUNCA ANTES CONOCIÓ!

David Wilkerson

Una vez oí a un misionero hablar de grandes avivamientos por todo el mundo. Era claro que, en cada caso, el “espíritu de oración” estaba ligado a la cosecha final. En Vietnam, China, Siberia, el Amazonas, África, el pueblo de Dios está orando con fuego y fervor, llorando y clamando a Dios, buscando Su rostro, tratando con el pecado y tornándose a la justicia.

EL ESPÍRITU DE RUEGO

David Wilkerson

Veamos la oración de Daniel: “Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos...Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones…porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias” (Daniel 9:17-18).

La palabra “ruego” nunca es utilizada en la Biblia, excepto para denotar un clamor u oración en voz alta; en otras palabras, no es privada ni de meditación personal. ¡El ruego, definitivamente, tiene que ver con la voz!

LA PRESIÓN POR HACER LO CORRECTO

David Wilkerson

El libro de Tito nos dice que la gracia nos es dada como poder sobre el pecado, para darnos la capacidad de vivir vidas sobrias y santas: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito
2:11-13).