EMBAJADORES DE CRISTO

Gary Wilkerson

“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:20).

Llegar a ser un "embajador de Cristo" no es algo que nos esforcemos por obtener. Si tú eres un cristiano, tú eres un misionero. Esto no sólo significa ser enviado a ultramar o ir a cruzadas evangelísticas. Esta misión en la que estamos, consiste en poseer un corazón que lo ame de tal manera que queramos ver a otros llegar a conocer ese amor también.

PERO GUARDÉ LA FE

David Wilkerson (1931-2011)

Pablo guardó su fe durante los tiempos buenos y malos.

En sus últimos días, Pablo pudo gloriarse: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7). Piensa en el testimonio de Pablo en ese momento. Él podía haber dicho: “Satanás envió mensajeros para pelear conmigo en Jerusalén, Damasco, Asia, Éfeso, Antioquía y Corinto. Pero guardé la fe”.

“Trató de hundirme en el Mediterráneo azotado por tormentas. Tres veces naufragué, descendiendo a lo profundo, noche y día. Pero guardé la fe”.

¡QUÉDATE EN LA CARRERA!

David Wilkerson (1931-2011)

La prueba que estás pasando puede implicar sufrimiento físico, desempleo, hijos que se rebelan, amigos infieles, angustia mental, agitación o dolor. A medida que perseveras día a día, Satanás te susurrará como lo hizo a Job: “Los justos no sufren. Si Dios te hubiera oído, si te hubiera salvado y sus promesas fueran verdaderas, habrías sido rescatado inmediatamente. ¿Dónde está tu Dios? ¿Es esto lo que logras con la fe?”

UNA FE INQUEBRANTABLE

David Wilkerson (1931-2011)

“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón” (Hebreos 10:35). Si eres cristiano, estás en una guerra feroz. De hecho, estás en una batalla de vida o muerte por tu fe. Satanás está decidido a hacer que tu fe naufrague y a destruir la fe de todos los elegidos de Dios. Y cuanto más fuerte sea tu fe, mayor será su ataque contra ella.

UN ENFOQUE EXTERNO

Gary Wilkerson

“Bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que…cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solo; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta…Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos” (Filipenses 4:14-20).

LA GUERRA SECRETA

Carter Conlon

La Biblia advierte claramente: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación” (ver Hebreos 3:7-8). En otras palabras, no preguntes, como una vez lo hizo Israel, en su incredulidad: “¿Podrá poner mesa en el desierto?” (ver Salmos 78:19).

METE TU ESPADA

David Wilkerson

Así que, ¿quieres ser un hombre o una mujer de Dios? Si es así, se te va a servir una copa de dolor. Llorarás por algo mucho peor que el dolor físico. Estoy hablando del dolor de ser golpeado y rechazado por amigos; el dolor de los padres cuando los hijos pisotean sus corazones y se convierten en extraños para ellos; el dolor entre un esposo y una esposa cuando se construyen muros entre ellos.

AFLICCIONES SANADORAS

David Wilkerson

He leído muchas biografías de misioneros, desde la época contemporánea hasta la historia antigua. Tú pensarías que estas preciosas personas, tan usadas de Dios, tendrían historias de amor, poder y gozo constantes. No es así. Sus historias están marcadas por angustia, desaliento, incluso traición; historias, no de aventura, sino de lágrimas.

¡SÓLO CREE!

David Wilkerson

Estoy sorprendido de la amorosa respuesta de nuestro Señor al dolor. Mientras leo la Biblia, veo que nada conmueve más el corazón de Dios que el alma que está destrozada por el dolor.

El dolor es definido como “pesar profundo” o “tristeza causada por angustia extrema”. Isaías nos dice que el Señor mismo está familiarizado con esta tremendamente dolorosa emoción: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto” (Isaías 53:3).