COMPLETAMENTE SEGUROS DEL AMOR DE DIOS
“Porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” (2 Timoteo 1:12, énfasis añadido). Estas son las palabras de un hombre que está muriendo. El apóstol Pablo se estaba dirigiendo a su pupilo, a Timoteo, el ministro joven al cual estaba entrenando. Más adelante, en la misma carta, Pablo le confía a Timoteo estas difíciles palabras: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (4:6-7).