LIBERTAD GLORIOSA
Siglos antes de que Jesús naciera, el profeta Isaías profetizó que Dios enviaría un libertador a la humanidad, el cual libertaría a la humanidad y Jesús mismo se puso de pie en una sinagoga judía, un día de reposo y le recordó al mundo de esta profecía, cuando leyó:
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos…Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:18, 21).