Las Misericordias del Señor

David Wilkerson (1931-2011)

En el antiguo Israel, el arca del pacto representaba la misericordia del Señor, una verdad poderosa que llegó a encarnarse en Cristo. Debemos recibir su misericordia, confiar en la sangre salvadora de su misericordia y ser salvos eternamente. Tú puedes ridiculizar la ley. Puedes burlarte de la santidad. Puedes derribar todo lo que hable de Dios. Sin embargo, cuando te burlas o ridiculizas la misericordia de Dios, el juicio llega rápidamente. Si pisoteas su sangre de misericordia, te enfrentas a su terrible ira.

Dios No te ha Pasado por Alto

David Wilkerson (1931-2011)

Una de las cargas más grandes que tengo como pastor del Señor es: “Oh, Dios, ¿cómo traigo esperanza y consuelo a los creyentes que están pasando por tanto dolor y sufrimiento? Dame un mensaje que removerá su duda y miedo. Dame la verdad que secará las lágrimas de los afligidos y pondrá una canción en los labios de los desesperanzados”.

El mensaje que oigo del Espíritu Santo para el pueblo de Dios es muy simple. “Vayan a mi Palabra y permanezcan firmes en mis promesas. Rechacen sus sentimientos de duda”. Toda esperanza nace de las promesas de Dios.

Las Oraciones de la Gente Común

John Bailey

En el Libro de Santiago, hay un versículo que citan muchos creyentes, pero le sigue otro versículo que apuesto a que la mayoría de esas mismas personas no conocen. “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras” Quiero hacer una pausa allí y decir que si miras a Elías, él era solo un hombre común. Él vio la maldad a su alrededor, así que se puso de pie y habló la verdad.

Viviendo en Tibieza

David Wilkerson (1931-2011)

Aquellos que eligen vivir en tibieza comparten ciertas características. Veo esas características que se muestran en las dos tribus y media de Israel que optaron por permanecer al oeste del Jordán. Eran Rubén, Gad y la mitad de Manasés. Los nombres hebreos de esas tribus expusieron sus luchas por el pecado.

Sentados en el Cielo con Cristo

David Wilkerson (1931-2011)

Esta es una promesa increíble para el pueblo de Dios: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3).

Pablo estaba diciendo: “Todos los que siguen a Jesús son bendecidos con bendiciones espirituales en los lugares celestiales, donde está Cristo”. Esta promesa se convierte en meras palabras si no sabemos cuáles son estas bendiciones espirituales. ¿Cómo podemos disfrutar las bendiciones que Dios nos promete si no las comprendemos?

Buscando el Rostro de Dios

David Wilkerson (1931-2011)

El rey David sabía que tenía que haber más en el conocer a Dios; sintió que había algo del Señor que no había obtenido, y no descansaría hasta encontrarlo. “Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová” (Salmos 27:4).

Cuando Dios Endereza Nuestros Pasos

Gary Wilkerson

Cuando alguien dice: “Voy a ser millonario para demostrar que valgo algo” y realmente lo logra, eso puede ser increíblemente peligroso.

A veces, alcanzar nuestras aspiraciones puede ser más difícil de lograr que el dolor o el fracaso, porque entonces el orgullo puede entrar en nosotros. Empezamos a pensar cosas como: “Vaya, estaba buscando el amor y lo hallé; buscaba el éxito y lo hallé. ¡Soy exitoso, amado y estoy bien adaptado!” El orgullo entra en escena y se convierte en un baluarte.

Lo que Cruza los Océanos

Claude Houde

En 1942, el guardavía de la Marina de 3ra. clase Elgin Staples estaba sirviendo en el USS Astoria mientras apoyaban los desembarcos que se estaban realizando en Guadalcanal. Lucharon hasta bien entrada la noche. Un rayo brillante atravesó el agua y el reflector de un crucero japonés iluminó a Staples y a sus compañeros de tripulación. La pelea estaba en marcha. Aproximadamente a las 2 a. m. del 9 de agosto, la torreta de Astoria fue golpeada y explosionó, arrojando a Staples y a muchos otros por la borda. Más de 200 hombres a bordo murieron.