Aquí, en las calles de la ciudad de Nueva York, puedes comprar un reloj Rolex por tan solo 15 dólares. Sin embargo, como todo neoyorquino sabe, estos relojes no son realmente Rolex. Son simplemente copias baratas de lo real.
Pablo estaba completamente cautivado por su Señor y, sin embargo, escribió: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:7- 8, cursivas mías).
La historia de Ester es una de intensa guerra espiritual. El diablo estaba tratando de destruir al pueblo de Dios en la tierra, esta vez a través del malvado Amán. Este hombre rico e influyente persuadió al rey de Persia para que declarara un edicto que pedía la muerte de todos los judíos bajo su gobierno, desde la India hasta Etiopía.
Si no tuviéramos conflictos, presiones o pruebas, nos volveríamos pasivos y tibios. El decaimiento se instalaría y nuestro templo quedaría en ruinas. Por eso el plan del enemigo contra nosotros es claro: Él quiere sacarnos de la batalla.
Encontramos todos nuestros recursos para tener fuerza para seguir adelante y poder sobre el enemigo en nuestras batallas espirituales. Ese día, cuando estemos ante el Señor, él nos revelará: “¿Recuerdas lo que pasaste en esa terrible batalla? Mira lo que lograste a través de ella. Todo quedó asegurado gracias a las batallas que ganaste".
Una vez conocí a un hombre que es pastor en Laos bajo un duro régimen comunista. Su iglesia es clandestina y ha sido encarcelado por ser creyente. En ese país, casi el 90 por ciento de las veces que te encarcelan, nunca vuelves a casa. Así de peligroso es.
Como padres, recordemos que es ante todo en nuestro hogar donde nuestros hijos recibirán las enseñanzas más significativas de sus vidas al vernos vivir, gestionar y resolver nuestros conflictos y también al observar la forma en que actuamos entre nosotros.
Uno de los grandes problemas en nuestra búsqueda de la unidad dentro de nuestras familias es nuestra capacidad para manejar los conflictos. Con demasiada frecuencia, las familias se encuentran en uno de dos extremos.
Pablo era a menudo acosado por poderes demoníacos. En un caso particular, estaba predicando en la isla de Pafos cuando los demonios intentaron interferir: “Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús, que estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios. Pero… les resistía el mago… procurando apartar de la fe al procónsul” (Hechos 13:6-8).
Pablo escribió a la iglesia primitiva: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16). Este mandamiento de caminar en el Espíritu se les da a todos, no solo a unos pocos súper santos. Aquí hay tres pasos sobre cómo puede obtener este andar.
El Padre te ama; es en este punto que multitudes de creyentes le fallan a Dios. Están dispuestos a ser convencidos de pecado y fracaso una y otra vez, pero no permitirán que el Espíritu Santo los inunde con el amor del Padre.
Al legalista le encanta vivir bajo convicción de pecado. Nunca entendió el amor de Dios ni permitió que el Espíritu Santo ministre ese amor en su alma.
El Espíritu Santo es quien nos enseña a decir: "Abba Padre”.
Esta frase se refiere a una costumbre del Medio Oriente de los días bíblicos con respecto a la adopción de un niño. Hasta que los documentos de adopción fueran firmados y sellados por el padre adoptivo, el niño veía a este hombre solo como "un padre". No tenía derecho a llamarlo: “abba”, que significa: "mi".