Abrumado Por un Gran Quebranto
Nada conmueve más el corazón de nuestro Dios que el alma abrumada por el quebranto. El quebranto se define como “dolor profundo” o “tristeza causada por una angustia extrema”. Isaías nos dice que el Señor mismo está familiarizado con esta desgarradora emoción: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto” (Isaías 53:3).