LEVÁNTENSE EN UNIDAD
¿Qué pasaría si el Cuerpo de Cristo como un todo pudiera reunirse en unidad, descartar nuestras diferencias de opinión y nuestras disputas sociales y doctrinales; y enfocarse en una meta específica: alcanzar a los perdidos? ¿Y si recurrimos al Espíritu Santo para sanar heridas y traer perdón a nuestros corazones y almas, olvidando el pasado y en lugar de ello, concentrándonos en el futuro? ¿Qué clase de avivamiento espiritual experimentaría el mundo cuando nos vieran parados juntos delante de ellos en un frente unido?