TRANSFORMADOS A SU IMAGEN
La Escritura dice claramente que es posible que cada verdadero seguidor de Jesús vea y entienda la gloria de Dios. De hecho, nuestro Señor revela su gloria a todos los que piden y buscan de ella diligentemente. Creo que la revelación de la gloria de Dios equipará a su pueblo para soportar los días peligrosos que le esperan.
La gloria de Dios no es una manifestación física o un sentimiento de éxtasis que te embarga. Tampoco es una especie de aura sobrenatural o luz angelical que irrumpe. En pocas palabras, ¡la gloria de Dios es una revelación de su naturaleza y de sus atributos!