Al Final de Tus Fuerzas
La vía de escape del Señor es llegar al límite de nuestras propias fuerzas, abandonar las fuerzas o los métodos humanos y volvernos absolutamente a Dios con una fe de niño.
La vía de escape del Señor es llegar al límite de nuestras propias fuerzas, abandonar las fuerzas o los métodos humanos y volvernos absolutamente a Dios con una fe de niño.
Los que sufren reciben el consuelo del Señor. La voz de Cristo les ofrece verdadero consuelo en su hora oscura. Estos enfermos se enriquecen en recursos espirituales.
En el pasado, los cristianos pensaban que la liberación era principalmente sanidad física. Sin embargo, la mayor liberación será del miedo cuando el pueblo de Dios testifique ante un mundo sacudido.
Si los creyentes sólo velamos por nuestros propios intereses, nuestro testimonio será, en el mejor de los casos, limitado. Sin embargo, si buscamos edificar a otros, cada misión ordenada por Dios recibirá amplio apoyo.
Conocer a Dios y comprender sus atributos son las mayores habilidades que los creyentes pueden transmitir a la próxima generación y, sin embargo, debemos tener determinación al cumplir esta tarea.
Si no amamos a otras personas, todavía no somos perfectos en Dios. ¿De dónde sacamos el poder para perdonar así? Proviene de la fe en el poder de Dios para volver nuestros corazones a su verdad.
Jesús tiene poder para dar a aquellos que son total y plenamente suyos. No luches por el poder. Desea pertenecer plena, apasionada y humildemente a aquel a quien tu corazón anhela, el Señor.
Un clamor del corazón es la marca de una iglesia del Espíritu Santo. Los verdaderos creyentes se vuelven tan sensibles al Espíritu Santo que no necesitan un profeta que les diga que han pecado.
El rey David le pidió al Señor que nunca lo abandonara, y esa mentalidad de entrega total es la única manera en que los creyentes modernos pueden ver el verdadero poder de Dios en sus vidas.
La iglesia de Salomón busca conocimiento y luce grandiosa por fuera, pero por dentro está absolutamente sin vida y termina en el vacío y la desesperación.