La conexión espiritual rompe las barreras y une a las personas. Cuando traemos la mente de Cristo a todo lo que hacemos, la tarea se vuelve más fácil, la carga más ligera.

Cuando Dios llama a sus seguidores a dar un paso de fe, a menudo parece mal desde todos los ángulos lógicos tanto para los creyentes como para los no creyentes; sin embargo, tendremos grandes recompensas por obedecer al Señor.

Renacemos y vivimos para Dios con un espíritu de alegría y regocijo. Confía en el Padre, cree en su Palabra sobre sí mismo y ve su alegría brotar de tu vida.

Dios cumplirá sus propósitos para ti, sin importar lo que estés pasando o cuán severa sea tu prueba. Eres su hijo amado y él tiene planeado tu futuro.

Si tu corazón es recto ante Dios, si sigues volviendo a él y buscándolo con todo tu corazón, nada cambiará los buenos planes que él tiene reservados para ti.

Hubo un tiempo en que no eras objeto de su amor especial, ¡pero ahora lo eres! Has sido reconciliado con el Padre, y él ha puesto en ti su amor y se deleita en ti.

¿Qué tan bien entienden los creyentes el magnífico mensaje del evangelio? Ten la seguridad de que es muy importante para la persona que anhela aprender acerca de Jesús.

Si queremos juzgar, primero debemos juzgarnos a nosotros mismos. Estaremos tan ocupados deshaciéndonos de nuestras propias vigas que no tendremos tiempo para las pajas de los demás. Así es como se construyen relaciones profundas y de largo plazo.

Cuando acudimos al Señor en oración y adoración, debemos recordar las muchas descripciones de Dios en las Escrituras como el Padre misericordioso y amoroso que tiene compasión de nosotros.

La Palabra de Dios es un carbón encendido y el Espíritu Santo es su fuego. Dios quiere purificar tu lengua y tu corazón, y puede hacerlo si dejas que su Palabra llegue a lo más profundo de tu ser.