Reconociendo Nuestra Impotencia

David Wilkerson (1931-2011)

Uno de los versículos más importantes de las Escrituras se encuentra en la primera carta del apóstol Pedro. Habla de la necesidad de que nuestra fe sea probada. “para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Pedro 1:7) .

Suficiencia en Todas las Cosas

David Wilkerson (1931-2011)

¿Por qué tantos creyentes experimentan debilidad, desesperación y vacío, como si no pudieran continuar? Es porque no tienen el entendimiento que el Espíritu le dio a Pablo. ¡No ven todas las provisiones que Dios ha hecho posibles para aquellos que las proclaman por fe!

¿Encajas en la descripción de Pablo de un siervo generoso, uno que tiene todo lo que necesita y más, todos los días, incluso en la crisis? ¿Lo has comprobado haciendo un retiro del banco del cielo?

Lo que Nos Retiene

Claude Houde

“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:6-7).

El Señor desea darte su favor y bendición para elevarte por encima de lo que te limita, para que convertirte en la persona que Él ve en ti. Hay un llamado que solo tú puedes cumplir en esta tierra, en tu generación y dentro de tu familia. Para lograrlo, el Señor está dispuesto a derramar sobre ti una gracia especial y su fuerza cada día.

Proclamando el Poder que Está en Cristo

David Wilkerson (1931-2011)

Mientras Jesús pasaba sus últimas horas con sus discípulos, les dijo: “De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará” (Juan 16:23). Inmediatamente después de esto, les dijo: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (Juan 16:24).

Fuerza y Confianza Espirituales

David Wilkerson (1931-2011)

El Espíritu Santo nos da fuerza cuando dejamos todas nuestras necesidades en las manos de Dios y confiamos en su poder. Rut es un ejemplo de este tipo de confianza. Después de la muerte de su esposo, Rut vivió con su suegra, Noemí. Noemí estaba preocupada por el bienestar y el futuro de Rut, así que le aconsejó acostarse a los pies del rico Booz y pedirle que cumpliera su obligación con ella como pariente suyo.

¡Imagina el Día 41!

David Wilkerson (1931-2011)

Supongamos que te encuentras con Jesús el día cuarenta y uno inmediatamente después de su tentación en el desierto. Su rostro está brillando. Se regocija, alabando al Padre, porque ha obtenido una gran victoria.

Ves a Jesús exudando vida y confianza. Ahora está listo para enfrentarse a los poderes del infierno, por lo que se dirige audazmente a las grandes ciudades que yacen en la oscuridad. Predica el evangelio, seguro de la Palabra de Dios. Sana a los enfermos, sabiendo que su Padre está con él.

Resistid y Él Huirá

David Wilkerson (1931-2011)

Cuando Satanás tentó a Jesús en el desierto, hizo esta oferta aparentemente extravagante: “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares” (Mateo 4:9).

Tratando con la Decepción en Nosotros Mismos

Gary Wilkerson

Hace algún tiempo, estaba en una reunión donde prediqué un sermón sobre la decepción. Después del servicio, estuve hablando con un pastor muy exitoso y conocido. Mientras hablábamos, dijo algo que me detuvo en seco. Él dijo: "Hombre, estoy tan decepcionado de mí mismo". Al principio, me quedé sin palabras, luego dije: “¿Tú lo estás? Bueno, entonces, ¿hay alguna esperanza para el resto de nosotros si tú has tenido tanto éxito y, sin embargo, estás decepcionado de ti mismo?”

Sanando Huesos Rotos

Jim Cymbala

Pablo escribió: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:1-2).