La Lección del Pródigo

David Wilkerson (1931-2011)

A menudo nos acercamos a Dios con ideas preconcebidas de cómo nos recibirá. Por ejemplo, si hemos hecho algo que entristeció su corazón, podemos sentir que nos ama pero que tardará en perdonar.

Jesús aclara esto con la parábola del hijo pródigo. La historia cuenta que el joven “levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó” (Lucas 15:20).

El Poder y la Simplicidad de la Oración

Gary Wilkerson

¿No te encanta escuchar a un niño orar? Muchos de nosotros podemos recordar orar cuando éramos niños. Entonces era sencillo porque nuestros jóvenes corazones se acercaban a Dios con una franqueza dulce y desprevenida. “Gentil Jesús, manso y tierno, mira a este pequeño niño”. A medida que crecimos, nuestras oraciones cambiaron. Buscamos orientación en los padres u otros creyentes o líderes de la iglesia sobre las formas maduras y “correctas” de orar.

El Último Banco de América

Carter Conlon

A medida que te comprometas con la obra de Dios en la tierra, eligiendo invertir en personas, incluso en aquellas que son difíciles de amar, el Señor está poniendo algo en tu mano. Él está desbloqueando su provisión para ti y también a través de ti. Él te está dando una autoridad y una fuerza que es sobrenatural.

Siendo Honestos con Dios – Parte 2

David Wilkerson (1931-2011)

Lamentablemente, un gran número de cristianos no conocen la voz de Dios. Algunos pueden pasar meses, incluso años, sin recibir nunca una palabra íntima del Señor en su hombre interior. ¡Oh!, Dios les habló una vez; pero con los años, han aprendido a silenciar su voz en sus corazones. Otros se han desanimado ante tanta tontería entre los que creen que cada palabra que les viene a la mente es divina. Tales personas se jactan, “Dios me dijo”; ¡sin embargo, la 'palabra' que oyen es solo su codiciosa carne que se hace audible!

Siendo Honestos con Dios – Parte 1

David Wilkerson (1931-2011)

Desesperado, David clamó: “Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica” (Salmos 130:2). Esto me suena como la súplica de un moribundo. Obviamente, David no solo estaba pronunciando "oraciones concienzudas". Él estaba boca abajo en el suelo, quebrantado, contrito, suplicando desde lo más profundo de su corazón: “¡Oh santo Dios Jehová, tienes que oír mi clamor! No puedo seguir más. Mi pecado está siempre delante de mí, y me estoy hundiendo en miedo y pavor. Por favor, Dios, ten piedad de mí”.

Solo por Fe

David Wilkerson (1931-2011)

El perdón de Dios sólo puede obtenerse por fe. No podemos razonarlo. El regalo de Cristo para nosotros de su sangre expiatoria es tan profundo, tan lleno de gracia, tan misterioso, que está mucho más allá de cualquier capacidad humana de comprensión. Podemos ver la ley claramente aplicada a nuestro pecado. Podemos sentir condenación, miedo y culpa por nuestras ofensas, pero nuestro Padre celestial siempre está amorosamente a nuestro lado, listo para perdonar.

¿Cuál Es la Naturaleza Inherente de Dios?

David Wilkerson (1931-2011)

Después de todo su llanto y clamor al Señor, David terminó declarando: “Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.” (Salmos 130:4).

El Espíritu Santo comenzó a inundar su alma con recuerdos de las misericordias de Dios, y de pronto David recordó todo lo que había aprendido a lo largo de los años sobre la naturaleza amorosa y perdonadora del Padre. “Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste” (Nehemías 9:17).

Comienza Pequeño, Confía en Dios

Gary Wilkerson

Vivimos en una era de lo 'grande'. Con un solo clic, podemos hacer un recorrido global y sumergirnos en los problemas del mundo. Piensa en los titulares catastróficos que fluyen a través de tu teléfono. Te quita el aliento y es fácil sentirse abrumado. Con razón podemos preguntar: “¿Por qué Dios no interviene y salva a esa pobre gente?”

Creemos que los grandes problemas requieren soluciones grandes y dramáticas, pero Dios no piensa de esa manera. En su mundo, sucede al revés.

Los Planes de Dios para Sus Hijos

Claude Houde

En todas las cosas, Dios es el Alfa y la Omega, y sus planes para nosotros son perfectos. Estos dos versículos de la Palabra de Dios necesitan entrar en lo profundo de nuestros corazones. “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (Salmos 139:16).

Rompiendo el Ciclo de la Desesperación

David Wilkerson (1931-2011)

Para muchos creyentes, hundirse hasta el fondo significa el final. Se sienten tan abrumados por sus fracasos que desarrollan un sentido de indignidad. Con el tiempo, se sienten atrapados más allá de cualquier ayuda. Isaías escribió acerca de tales creyentes: “Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo…” (Isaías 54:11).