Luchando con la Carne

David Wilkerson (1931-2011)

Como seguidores de Cristo, debemos tomar a Dios en su palabra y aceptar como verdad lo que dice sobre nosotros. Esto significa que nuestro “viejo hombre” representa a alguien que todavía busca ser visto como recto ante Dios debido a sus propias obras. La conciencia de un hombre así lo hace sentir culpable continuamente, pero en lugar de arrepentirse, se compromete a superar él mismo su problema de pecado. “¡Voy a cambiar! Comenzaré a luchar contra mi pecado que me asedia hoy, sin importar el costo. Quiero que Dios vea cuánto lo estoy intentando”.

Seguros de la Fidelidad de Dios

David Wilkerson (1931-2011)

Mientras Jesús estaba en el punto más alto del templo, Satanás le susurró: “Adelante. ¡Salta! Si eres realmente el hijo de Dios, él te salvará”.

“[El diablo] le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti”, y, “En sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra”. (Mateo 4:6).

El Señor de la Liberación Milagrosa

David Wilkerson (1931-2011)

Considera la milagrosa liberación de Israel de Egipto en la Biblia. Cuando el pueblo de Dios cruzó sobre tierra seca, vieron las olas chocar contra su enemigo detrás de ellos. Fue un momento glorioso, y tuvieron una gran reunión de alabanza con danza, canto y acción de gracias. “¡Somos libres! Dios nos ha librado de la mano de la opresión”.

El Gozo del Padre

David Wilkerson (1931-2011)

“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne… acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura” (Hebreos 10:19-20, 22).

Hay dos lados en la obra de Cristo en el Calvario. Un lado beneficia al hombre y el otro beneficia a Dios. Uno beneficia al pecador, mientras que el otro beneficia al Padre.

Una Pequeña Vasija Llena de Fe

Gary Wilkerson

En 2 Reyes 4:1-7, tenemos un pasaje asombroso sobre Eliseo y una viuda. Ella comenzó a compartir su historia con Eliseo; y fue una historia de dolor, quebrantamiento y decepción. Su marido había muerto. Eso por sí solo sería bastante trágico, pero su historia empeora aún más. No solo su esposo se había ido, sino que ella estaba cargada con una deuda que estaba mucho más allá de su capacidad.

Escogiendo el Mejor Fruto

Claude Houde

En el libro de Gálatas, el apóstol Pablo elabora una lista sin filtros, precisa y realista de numerosas emociones y pensamientos negativos con los que luchamos a diario: impureza, ira, celos, envidia, rencores, lástima, vergüenza, inseguridad, orgullo, egocentrismo, engaño, pereza, desesperación, odio, maldad, hipocresía, etc. Vemos claramente cómo nuestra naturaleza se manifiesta en la inmoralidad y la idolatría.

Caminando como un Nuevo Hombre

David Wilkerson (1931-2011)

Conoces la historia. Un joven tomó su parte de la herencia de su padre y la despilfarró en una vida desenfrenada. Terminó quebrado, con su salud y su espíritu arruinados. En su punto más bajo, decidió volver con su padre. La Escritura nos dice: “Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó” (Lucas 15:20).

En el Desierto Arabe

David Wilkerson (1931-2011)

Si busco agradar al hombre, simplemente no puedo ser un siervo de Cristo. Si mi corazón está motivado por la aprobación de los demás, mis lealtades se dividirán y la fuerza impulsora detrás de mis acciones se confundirá. Siempre me esforzaré por complacer a alguien que no sea Jesús.

Pasión Implacable por Buscar a Dios

David Wilkerson (1931-2011)

En el capítulo nueve de Hechos, se nos dice que el Espíritu Santo vino a un hombre piadoso llamado Ananías. El Espíritu le instruyó que buscara a un hombre llamado Saulo, le impusiera las manos y le devolviera la vista. Ananías conocía la reputación de Saulo. Él creía que esto iba a ser peligroso, pero así es como el Espíritu Santo le recomendó a Saulo a Ananías: “He aquí, él ora” (Hechos 9:11).

El que Cuida a los Pajarillos

David Wilkerson (1931-2011)

“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:32-33).